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Ayer me volví a topar con esa amiga que ya se había ido, soledad… pero curiosamente pude disfrutar de su compañía, escuchando su silencio y disfrutando de su platica, me dejo muchas cosas en claro, y me hizo sentir bien. . . me di cuenta que nunca me quiso hacer daño, lo que ella quería era solo ayudarme a poner mi ideas en el carril.

Junto a su compañía tuve tiempo de recordar cada imagen que plasme, en el concierto de mexicanto, disfrute mucho de estas imágenes y el sonido de sus guitarras, escuchar el roce de sus dedos con las cuerdas es un placer, ver como trasmiten esa adrenalina, y ver que en ese momento no hay problema alguno… porque todo se olvida aunque sea por segundos, mientras solo adquieres un poco de esa emoción que sienten ellos arriba del escenario…

Después de todo esto que me hizo recordar, y de hacerme sentir bien, me di cuenta que a veces su compañía no es mala, que es muy agradable escuchar el susurro de su silencio…